viernes, junio 23, 2006

De derrotas heroicas
O un mito de consolación para los vencidos

Imagen fundacional (1521): Como humillación final, Cortés y sus esbirros le queman los pies a Cuauhtémoc para que confiese la ubicación de los tesoros de Tenochtitlan, un compañero de tormentos le suplica ceder para detener el sufrimiento, pero el último emperador, con dignidad a toda prueba, contesta:" ¿y crees que yo estoy en un lecho de rosas?" (me han dicho que en ese entonces no existían rosas en este lado del mundo, pero para el mito funcionan igual rosas que flores de zempazuchitl) .

Uuuuyyyyy, ya nos metieron el primero

1847: Las fuerzas gabachas toman el convento de Churubusco a pesar de la heroica defensa de los mexicanos. El general Twiggs exige a los vencidos que entreguen las municiones y las armas. Pedro María Anaya contesta retador e indómito "Sí hubiera parque, no estaría usted aquí". Por esas fechas, un valiente chamacón se tiró desde lo alto del castillo de Chapultepec envuelto en la bandera mexicana para evitar que la tomara el victorioso ejército yankee.

Uuuuyyyy, para que les cuento, golazo de Batistuta/Stoichkov/Leonardo/Bierhoff/Donovan/Maxi Rodríguez

1862: "Las armas nacionales se cubren de gloria" contra el poderoso ejército francés (Prusia los venció sin grandes problemas pocos años después) en la batalla de Puebla. Sin embargo, la ciudad fue tomada al poco tiempo y eventualmente cayó la capital y se impuso el Imperio de Maximiliano.

Oye, pero que bien jugó México...

martes, junio 20, 2006

Vindicación del suicidio
Ideas en un texto de Eduardo Sabrovsky sobre Borges



No tiene que ver con el concepto de seppuku (suicidio ritual samurai), ni con cualquier causa que implique culpa o vergüenza por un honor manchado o un deber no cumplido. Es más bien una vindicación filosófica relacionada con el concepto de autonomía, como cualidad del sujeto para sustraerse de cualquier determinación no planteada por su propia razón (Kant, creo). Pero ante la constante heteronomía que implica ser, desde las inevitables leyes de la física (Newton), pasando por la sujeción a un sistema económico (Marx), las relaciones de poder (Foucault), un inconsciente oculto e incontrolable (Freud) y el lenguaje (Heidegger), entre seguramente muchos otros, la única posibilidad de una fugaz autonomía consiste en el acto de dejar de ser. "Estrategia de afirmación por aniquilación". Eso para masticar un rato.

Arte: Anthony Rogers.


martes, junio 13, 2006

Del tiempo

... Y en una fecha indefinida, Santiago se sustrajo del tiempo. Lo absorbió un vortice helado y gris.casi.blanco de atemporalidad y aunque los relojes siguieron funcionando, sólo sirvieron para medir la nada. Las horas nunca antes fueron un constructo tan artificial, porque el cielo, el principal referente, decidió quedarse en animación suspendida, como si Dios hubiera decidio dejar un protector de pantalla algo cursi y definitivamente melancólico. Sospecho que es un evento gradual, tal vez mañana las hojas de los árboles van a dejar de caerse y el perro no se moverá más de su rincón. Después olvidaremos que algún día existío la noche, y por principio de complementariedad, también olvidaremos el día... al final, tal vez decidiremos quedarnos también inmóviles, pero mirando hacia la cordillera y sospechando que de algún modo, ella es la responsable.

viernes, junio 02, 2006

06/06/06


Nació rodeado de cierto halo. Inexplicable, pero perceptible para todos. Una inconfundible buena estrella ensombrecida o tal vez subrayada por una arista oscura. Hurgando un poco se advierte su condescendencia impaciente con todo y con todos, como exigiendole a la realidad ser más de lo que es, ser situación límite siempre para espantar a la maldita, maldita banalidad.

Estuvo en los innumerables caminos de niebla que llevan a la ciudad de la que no se puede salir y también en la última noche de Molly Bloom. En otro momento fue un ciego que se las arregló para decir más que los que habían visto, derrotó en público certamen a las gordas sofistas y finalmente se erigió como señor del imperio de los gatos.

Hay que tomar a Blake como estandarte para salir y darnos de frente contra la noche. Porque hoy es hoy y mañana tal vez no sea. Y brindemos por Londres (porque siempre se brinda primero por Londres) y después por lo que sea, porque se viene la fecha del fin del mundo y no hay tiempo para las nimiedades de siempre. Y así, cuando finalmente pase, sentiremos que ya no importa.