martes, junio 13, 2006

Del tiempo

... Y en una fecha indefinida, Santiago se sustrajo del tiempo. Lo absorbió un vortice helado y gris.casi.blanco de atemporalidad y aunque los relojes siguieron funcionando, sólo sirvieron para medir la nada. Las horas nunca antes fueron un constructo tan artificial, porque el cielo, el principal referente, decidió quedarse en animación suspendida, como si Dios hubiera decidio dejar un protector de pantalla algo cursi y definitivamente melancólico. Sospecho que es un evento gradual, tal vez mañana las hojas de los árboles van a dejar de caerse y el perro no se moverá más de su rincón. Después olvidaremos que algún día existío la noche, y por principio de complementariedad, también olvidaremos el día... al final, tal vez decidiremos quedarnos también inmóviles, pero mirando hacia la cordillera y sospechando que de algún modo, ella es la responsable.

3 Comments:

Blogger hetsah said...

pienso que de eso se trata la extraña manía de estas queridas personas por el existencialismo infecundo

he dicho

abrazos huguis!

6:46 p.m.  
Blogger MariK said...

jeje, hugo cada vez que lo leo me gusta más cómo escribe :D un abrazo y ahora sí que estamos en triangulación terráquea. abrazos.

12:44 p.m.  
Blogger azm said...

las coridlleras no tienen la culpa tal como pepe el toro es inocente... se le extraña mucho mi estimado compadre, en estos días un poco más de lo normal. Partiremos, la diaspora ha de seguir, al menos me tendré que exiliar del ampirano sur de esta ciudad

11:53 a.m.  

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