De insomnios y fantasmas

Demasiado lúcido para dormir, definitivamente ya no en condiciones de leer. Horas de oscuridad opresiva y húmeda, y yo que iba a levantarme temprano. Maldita sea. No hay suficiente arena en los ojos. Además, el fantasma local atravieza por su etapa ruidosa. Se empiezan a fundir las imágenes reales y oníricas... entonces me toca levemente en la nuca, se esconde y se ríe con sonido de madera crujiente. Bastardo.

Si prendo la tele invariablemente estará "Lost in translation" y yo me sentiré tan Bill Murray, pero sin Scarlett Johansson en calzones rosas. Música también, acompañada por la sucesión de recuerdos correspondientes. Cuando se acaba la batería ya empieza a filtrarse la luz y la única esperanza es recibir el desayuno y después dormir un poco más... hasta que la voluntad lográ lo suyo y me arroja de nuevo al mundo de los vivos y los presentes.