miércoles, agosto 16, 2006

Bendigeidfran


El mar de Irlanda hervía con su furia. Una montaña de sombra ganaba terreno sobre la isla con cada uno de sus pasos submarinos. Ese día hubo tres soles en las alturas. Esa tarde, el cielo del norte fue rojo. Los de las atalayas gritaron que los árboles habían arrancado sus raíces y caminaban sobre el agua. Desde la torre silenciosa, Branwen sonrió.

Antes de la batalla, se dio tiempo para liberar a los peces cautivos en los rulos de su vello púbico.

Arte: Francisco de Goya

1 Comments:

Blogger hetsah said...

adaptaciones :)

2:05 p.m.  

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