De onces y dieciochos
Se hizo célebre por imposición y después por convención. No llega solo, viene cargado de significados y le encanta saberse portador de hitos. En Chile funciona como catarsis de la memoria reprimida. Es el encuentro incómodo de lo mítico-heroico con lo reciente-ignominioso. Euforia triste de Septiembre, pero euforia al fin.
Dos memorias: una obligada y dolorosa, la mugre abajo del tapete, pero que se sabe próxima y tangible. Siempre se puede reprimir la rabia y pretender una conciliación. Pero no el once. Voces secretas llaman al estallido liberador...
Termina el baile, vuelve la compostura e inicia el recuento. Nueva y progresiva acumulación de reivindicación histórica. Nos vemos el próximo año, don Salvador.
La otra es más artificial y gozosa. La chilenidad construida con retazos de lo rural y premoderno. Lo que no quisieron ser. Parte del relato mítico de la unidad nacional: reivindicación del bajo pueblo y sus costumbres (sombreros guasos y cuecas están bien para los que no pueden ser casi europeos). También es la galeria de los héroes y el sentido de arraigo y pertenencia.
El Chile orgulloso y festivo.
Se hizo célebre por imposición y después por convención. No llega solo, viene cargado de significados y le encanta saberse portador de hitos. En Chile funciona como catarsis de la memoria reprimida. Es el encuentro incómodo de lo mítico-heroico con lo reciente-ignominioso. Euforia triste de Septiembre, pero euforia al fin.
Dos memorias: una obligada y dolorosa, la mugre abajo del tapete, pero que se sabe próxima y tangible. Siempre se puede reprimir la rabia y pretender una conciliación. Pero no el once. Voces secretas llaman al estallido liberador...
Termina el baile, vuelve la compostura e inicia el recuento. Nueva y progresiva acumulación de reivindicación histórica. Nos vemos el próximo año, don Salvador.
La otra es más artificial y gozosa. La chilenidad construida con retazos de lo rural y premoderno. Lo que no quisieron ser. Parte del relato mítico de la unidad nacional: reivindicación del bajo pueblo y sus costumbres (sombreros guasos y cuecas están bien para los que no pueden ser casi europeos). También es la galeria de los héroes y el sentido de arraigo y pertenencia.
El Chile orgulloso y festivo.
posted by Hurgo at 5:01 p.m.
4 Comments:
increible como a veces con los ojos del extrajero podemos vernos tal cual somos.
buena descripción de esta chilenidad construida entre piedrazos,molotov,cuecas y sombreros Huasos.
saluos
marcela paz
el chile
chile...
me gustó el detalle de los colores
me gustó el post
y me acordé un poco de la colombinidad (sólo por el tipo de tema, no por los detalles, que acá son bastante diferentes)
CHI CHI CHI LE LE LE VIVA CHILE... a mi me gusta todo de él. con sus bombas, su acento su forma incompleta de nombrar las cosas, su vida fome que no lo es tanto... que viva Chile y que vivas vos.
Hola hijo.
Hoy conocí como paciente, a un chileno más. El contacto con esa gente me mueve los sentimientos en forma inmediata y me hace recordar la etapa de tu estancia por allá con todas las impresiones que dejaste plasmadas en tus letras.
La impresión que me queda hasta ahora es que en general sea gente de buenas costumbres posiblemente con el dejo de sufrimiento de una época de represión y censura que ahora les hace tan inconformes y tendientes a la revuelta.
No puedo aún pensar en el día en que pueda ir a Chile sin sentir que allá pasaste la última etapa de tu vida y ello me frena todavía.
También se dió la reciente experiencia de ver una película que recuerda el NO a la reelección de Pinochet, personaje que pronto cumplirá seis años de muerto, para generar el regocijo popular del que fuiste testigo.
En fin, habrá por siempre detalles y vivencias que con toda facilidad harán evocar tu escencia personal y nos permitan confirmar tus atinadas observaciones y las mejores descripciones de lo que viste.
Todo nos seguirá llevando a recordarte por siempre.
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