Relato interrumpido por el fin del mundo

... Y las fuerzas de la permanencia se atrincheraron para defender la que creían la unica manera en que las cosas podían ser sin escándalo. La perplejidad se combatia con el menoscabo, y la difusión de los horrores que vendrían con la caída de las viejas verdades. Los otros, por lo general, sólo estaban aburridos y querían molestar a los de la prestigiosa Orden de la Permanencia. Sus enemigos los llamaron "la olla de grillos" y ellos no podían ser más felices.
Un día, Alguien vio algo diferente en el cielo y después de complicados cálculos, llegó a la conclusión de que sólo podía tratarse del cataclismo final del que hablaban los antiguos profetas. Los de la Permanencia, como veían que después de muchos años no había pasado, se ponían contentos, seguían con sus cosas y decían que eran estrategias de los de "la olla de grillos" para hacerlos perder valiosísimo tiempo. Pero los argumentos de Alguien eran irrebatibles, así que se organizó una comisión para evaluar si era práctico cambiar algunos de los hábitos milenarios que querían tanto. Por su parte, los de "la olla de grillos" no cambiaron su postura de manera significativa. Y en eso estaban cuando...

Vuelta

El regreso lleva consigo una sensación de irrealidad, o más bien de tránsito entre sueños y vigilias. Ese despertar que a veces es un alivio y otras no. Aquí es la inmovilidad, la Tolosia de la seguridad, tan buena para el dolor de espalda y para los reproches silenciosos. Donde los samurai y los hombres lobo adquieren relevancia, porque afuera hace frío y hay gordos engominados con novias de cera. Es la tierra de los amores inconclusos y las historias que no acaban de cerrarse y aparecen, parpadeantes, aunque ya no importan. Es Permanencia, y cuando cambie de nombre perderá su cualidad esencial y será sólo una ciudad descolorida, como tantas otras.

Basura

La noche fluye y gotea (drip, drip, drip...). Es de esas con etiqueta de tránsito, y carga con la responsabilidad de la tabula rasa. Pobre. Terminó el rito de la limpia, pero el tiempo y las estrellas qué culpa tienen de lo que esperamos de los nuevos ciclos artificiales. Creo que es por esa tendencia a la automatización que el mundo funciona como funciona, y la naturaleza sigue el juego y cambia de climas y de animos, tal vez porque no tiene nada mejor que hacer (a ver que hacen ahora estos pendejos... bah, siempre lo mismo, más o menos).