jueves, junio 30, 2005

Cruzadas
Las grandes causas están sobrevaloradas. La defensa apasionada de una postura llevará a hacerle la guerra a su contraria y reducirá el universo. Digo entonces, al diablo con las grandes verdades(...y también al diablo con las Chivas perdedoras). No más cruzadas fallidas contra Coca cola, Starbucks, o la Academia.
He ido a ver una exposición de piezas arqueológicas egipcias. La espera fue larga pero la atenuaron los voladores (si son de Papantla o no, nunca lo sabré). Me ha caído bien Horus con su cara de buho, pero Toth me dio un poco de miedo (me caen mal los mandriles). Me cuesta trabajo creer que algo hecho por humanos dure tanto tiempo. Tal vez los significados que deducen los arqueólogos no son más que bienintencionadas especulaciónes (claro, todo es religioso ¿Qué no tenían otras cosas en que pensar?).
Hoy encontré a Fabiola. Salía de "La Hija de los Apaches"con un tipo que, sospecho, le tira la onda. Estaba algo ebria, y con razón porque terminó cursos en la escuela de música (toca el violín) y dijimos todo aquello que se dicen los amigos cuando se encuentran después de algún tiempo de no verse... Terminan ciclos y gran parte de la gente que en algún punto fue importante se va al carajo y nadie lo lamenta.

sábado, junio 25, 2005

El cielo se cae a pedazos
Llueve. A veces parece que se cae el cielo, otras sólo caen gotitas de nena, pero lo importante es que es constante. 40 días como este y podremos contar otra venganza bíblica (o de Ra o de en quién demonios creas). Hoy ganó Brasil, con dos goles de todos los Ronaldos juntos y otro sólo de Ronaldinho Gaucho. Juan estará contento. Esta semana los "En Vivos" tomaron notoriedad, tanto que quieren que cubramos así cada partido. Ayer hubo una sesión de vodka y jueguitos pendejos con los viejos, Pablito (cuyos rasgos notables consisten en poder meterse un puño completo en la boca, cocinar buena pasta y tener un 15% de Ewan McGregor) y sus chicas y pseudochicas. El viejo tiene una lesión pambolera (algo en los meniscos), imagino que por eso no ha habido espada los últimos viernes. Ahora Rusell Crowe mata a un indio (Caballo moteado era su nombre, Dios lo tenga en su gloria) con dos tiros en "The Quick and the Dead"... Y "hoy también se ha convertido en pasado" (aunque no vi el "Crepúsculo de cerezas")

viernes, junio 24, 2005

El bodegón de las cebollas (Homenaje a Günter Grass)
En los primeros años de la posguerra la mayoría de los alemanes había olvidado como llorar. Las grandes tragedias los habían endurecido tanto, que las pequeñas ya no los conmovían en lo absoluto. Los desengaños amorosos, pecados inconfesables y fracasos en los negocios ya no eran lavados con lágrimas y casi todos tenían dentro una bomba de tiempo. Fue entonces que surgió en Dusseldorf "El bodegón de las cebollas". Éste era un establecimiento que no parecía muy distinto de otros bodegones, pero ahí no se comía ni se bebía. El patrón se paseaba con su delantal azul bordado con cebollas doradas y repartía primero una tabla con forma de cerdo o pescado a cada uno de los asistentes, después les daba afilados cuchillos de cocina y por último les pasaba cebollas.
Entonces, todos hacían lo que habían ido a hacer: Pelar cebollas. Es bien conocido el efecto que tiene este vegetal sobre cualquiera lo suficientemente osado para pelarlas. En poco tiempo todos lloraban a lágrima viva y no tardaban en confesar sus penas como en una gran sesión de terapia colectiva. Después tocaba la banda "The Rhine River Three" y la cordura volvía poco a poco. Tengo entendido que acudir al Bodegón de las cebollas era un lujo (12 marcos por cebolla) y que los lunes había tarifas especiales para estudiantes...

miércoles, junio 22, 2005

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lunes, junio 20, 2005

Las cosas han cambiado mucho en los últimos meses. Ahora vivo en un lugar donde los gatos reinan como amos supremos (gatos rudos y salvajes, no como la mariquita peluda de Singapur) y combato a los moscos con un encarnizamiento inimaginable hace, digamos un año. Juanito me ayuda a exterminarlos y es de hecho el principal promotor de la causa, incluso consiguió un Raid matabichos que ha funcionado... por ahora. La ciudad es un gigante sudoroso y maloliente (en ese caso los vagones del metro serían gusanos que viven en sus entrañas). He venido casi sin pensarlo, era un paso natural después de la universidad. Encontré independencia y a viejos amigos. También aprendí que la soledad no es tan grata cuándo no se tiene otra opción. Ahora la cotidianeidad es el Alto Concilio Gatuno, hamburguesas a la parrilla, el jazz, el rojo, partidos "en vivo", Reforma de noche, un mercadito de antiguedades los sábados y domingos, librerias de viejo en Obregón y nostalgias que aparecen sólo cuando tengo hambre.